Las múltiples distorsiones económicas que ha presentado Venezuela desde finales del 2013, protagonizadas por la recesión económica, el proceso hiperinflacionario y, recientemente, el coronavirus, han generado que la economía que observamos actualmente sea drásticamente distinta a la presenciada pocos años atrás. El mercado laboral venezolano no es la excepción, cuya composición ha mostrado un deterioro significativo del sector formal.
Según datos publicados por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), actualmente, 46% de los trabajadores se encuentran empleados por firmas privadas (22%) o el sector público (24%). Esto representa una caída de 16 puntos porcentuales (pp) respecto a la medición de empleo de esta misma encuesta en 2014 (62%). En cambio, la proporción de trabajadores por cuenta propia ha aumentado en el mismo periodo, pasando de 31% a 45% de la fuerza laboral. Estos cambios pudiesen indicar un aumento en el sector informal venezolano (compuesto principalmente por la mayoría de los trabajadores por cuenta propia y, presumiblemente, una parte del sector privado) y, consecuentemente, un deterioro del sector formal, todo ello en medio de una contracción en el empleo global desde el 2014, guiado principalmente por una contracción económica de 55,3% entre el primer trimestre de 2014 e inicios de 2019.
En el contexto de la crisis de salud actual, esta transición del sector formal al informal es particularmente preocupante. El empleo en empresas privadas y el sector público conlleva normalmente beneficios que generan seguridad para el trabajador, como salarios periódicos y seguros de salud, además de otros mecanismos transitorios que se activan durante cesantías laborales (adelanto de pagos, planes de contingencias para el traslado y resguardo del personal, bonos alimentarios, entre otros). El sector informal carece de estos beneficios, lo cual hace que sea especialmente vulnerable ante los choques económicos causados por el coronavirus y la cuarentena. Con casi la mitad de los trabajadores venezolanos en estas condiciones precarias, se hace vital encontrar esquemas públicos que apoyen a este sector, sin el cual la economía venezolana se volverá aún más pequeña.
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