Ante la aplicación de sanciones de parte del Departamento del Tesoro hacia Pdvsa, la estatal petrolera -y, por extensión, el gobierno de Nicolás Maduro) se vio en la necesidad de buscar medidas alternativas que les permitiera generar divisas para poder a mantenerse en funcionamiento. Entre esas, la migración hacia los mercados asiáticos y su preferencia por crudos pesados.
Ante esa oportunidad de mercado, Pdvsa comenzó orientar una mayor proporción de su producción al crudo de tipo Merey: una mezcla proveniente del crudo de la Faja y otros más ligeros procedentes de las refinerías del este del país (el Mesa y Santa Bárbara). Sin embargo, al ser un crudo más pesado y con mayor necesidad de tratamiento, se debe incentivar su compra a través de un descuento.
Entre 2009 y 2018, el Merey se vendió con un descuento de 7,0% con respecto a la canasta petrolera de referencia de Venezuela (relativamente más ligera debido al uso de diluyentes en la mezcla) y de 14,4% con respecto al Brent. Al mutar la industria hacia la producción de Merey, este descuento pasó a ser en promedio 3.6% respecto a la canasta de referencia en 2019, una reducción significativa que podría deberse al posicionamiento en el mercado de esta nueva marca. No obstante, la diferencia con respecto a la de una referencia internacional (Brent) se mantiene en niveles similares de 14,6% este año.
El posicionamiento del Merey fue una buena noticia para el chavismo, al lograr colocar un tipo de crudo que le habría permitido percibir una renta en un contexto donde los recursos por explotación petrolera eran escasos. Sin embargo, se observa una volatilidad propia del Merey que parece responder a las condiciones inherentes de la industria petrolera venezolana, es decir, ante la acumulación de inventarios por la dificultad de comercializar su crudo, Pdvsa forzó un descuento -incluso mayor- como medio para bajar dicha acumulación, como muestran las observaciones de julio y octubre, cuando el Merey se vendía a una tasa 18,4% y 23,1% menor que la del crudo Brent, mientras que entre febrero y junio esa brecha promedió -14,6%. Al mismo tiempo, los inventarios de crudo -según cifras de Kpler- mostraron un incremento entre julio y septiembre de 5 millones de barriles.
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