La reciente caída en los precios petroleros y en la producción petrolera venezolana generó una expectativa casi generalizada de que una restricción financiera más férrea obligaría el Banco Central de Venezuela (BCV) a aumentar el ritmo de emisión de base monetaria para cubrir la nueva brecha, empeorando los niveles hiperinflacionarios. Sin embargo, a pesar de que la Asamblea Nacional anunció un aumento intermensual de 58,8 puntos porcentuales en la inflación de abril, las cifras de agregados monetarios del BCV muestran un crecimiento semanal promedio de la liquidez monetaria de 3,8% en abril, un número al crecimiento promedio de 5,5% durante las primeras 18 semanas del 2020. ¿Si el aumento inflacionario de abril no se debe a una expansión monetaria para financiar un nuevo desequilibrio fiscal, entonces a qué se debe?
Entre la segunda semana de enero y el cierre de marzo, Ecoanalítica estima que la demanda de dinero se mantuvo estática. Es decir, los choques de oferta de dinero eran absorbidos rápidamente por los precios y los precios aumentaban en la misma proporción que los agregados monetarios. Esta situación contrasta en gran medida con lo vivido desde el inicio de la hiperinflación. Mientras que la demanda de dinero colapsó un promedio de -4,1% cada semana entre 2018 y 2019, entre la semana 3 y la semana 10 del 2020 varió un promedio de -1,8% cada semana. Antes de abril, parecía que después de una caída acumulada de 64,1% en la demanda de bolívares se había alcanzado una especie de piso del cual ya no se podía seguir bajando. Se pensaba que el bolívar ya era tan despreciable como podía llegar a ser y que no se podía seguir cavando. Sin embargo, en abril se reportó una caída adicional acumulada de 25,5% en la demanda de dinero (5,1% promedio semanal).
Esta caída en la demanda de dinero se debe a dos principales factores: un aumento en la velocidad de circulación del bolívar y una contracción en el tamaño de la economía por la cual circula el bolívar. A inicios de 2019 reportamos que cada vez que Nicolás Maduro anunciaba medidas económicas en televisión nacional, la demanda de dinero colapsaba entre 2 y 3 veces más de lo esperado durante esa semana. Es posible que sus reiterados anuncios y su presencia pública durante la cuarentena hayan causado un efecto similar. Y es posible que si cesan se reduzca el efecto sobre la demanda de dinero. En cuanto al efecto de la contracción económica, frenarlo será más complicado que dejar de aparecer en televisión.
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