2020, un nuevo año con nuevas expectativas. En el ámbito económico, muchas de estas expectativas se enfocan en un solo indicador: el crecimiento económico. Este indicador representa la variación anual del PIB, definido como el valor agregado generado en la economía en un periodo determinado.
Para América Latina las expectativas son pesimistas. Según estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras se espera que la economía mundial crezca 3,4% este año, se estima que la economía de América Latina y el Caribe crezca solo 1,8%. Un crecimiento muy por debajo del promedio mundial. Entre los países de la región que se escapan de esta tendencia se encuentran Colombia, Bolivia, Panamá y Guyana, con crecimientos esperados de 3,6%, 3,8%, 5,5% y 85,6% respectivamente. Del otro lado del espectro se encuentran países que posiblemente presentarán contracciones económicas, como Nicaragua (-0,8%), Argentina (-1,3%) y, de último, Venezuela.
Venezuela es sin duda el país con peores expectativas para 2020. A pesar de que en Ecoanalítica esperamos una leve estabilización en la producción petrolera y un mayor retiro de controles que incentivarían el desarrollo del sector privado, estos cambios no serán suficientes para contrarrestar la caída generalizada de la actividad productiva, presente desde 2013. Las limitaciones impuestas por la dinámica petrolera, las sanciones y la falta de financiamiento marcarán un año en el que proyectamos una contracción de 10,8%. Bajo estas condiciones seguiremos siendo la economía con el peor desempeño, dentro de una región que mantiene un rendimiento ya de por si mediocre.
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