El pasado 14 de enero, Nicolás Maduro se presentó en televisión nacional para exponer una breve reseña de lo que ocurrió en la economía venezolana el año pasado. En su alocución admitió que los ingresos petroleros disminuyeron entre 2013 y 2018 en 994%, asegurando que, a pesar de ello, los ingresos del país y la inversión social no han decaído. Lo curioso de tal declaración proviene de la magnitud de la caída mencionada, pues no es posible que tales ingresos (o cualquier variable mayor a cero) registre una reducción superior al 100,0%. De esta forma, desde Ecoanalítica, realizamos un estimado de los ingresos petroleros para verificar la validez de dicha tasa de variación.
Para este cálculo, utilizamos los barriles generadores de caja (aquellos que restan de descontar las principales obligaciones bilaterales pagaderas con exportaciones petroleras) valorados por el precio promedio de la Cesta Petrolera Venezolana (CPV) cada año. Los resultados muestran que, en 2013, con una producción de 2,2 millones de barriles diarios (mb/d), Venezuela tuvo ingresos petroleros alrededor de USD 75.800 millones. Para 2018, con lo mostrado en la producción generadora de divisas, tales ingresos fueron USD 17.805 millones. Lo anterior sugiere que, aun considerando una producción petrolera más baja (solo la generadora de flujos externos), los recursos por ventas petroleras “solo han caído” 76,5%, muy por debajo de lo anunciado.
El hecho de que los ingresos no hayan tenido un declive como el mencionado por el presidente Maduro, no elimina la magnitud del deterioro de la actividad petrolera nacional. Una caída de tales proporciones en solo cinco años es consecuencia del continuo derrumbe de la producción petrolera, la decadente condición y operatividad de Pdvsa y las crecientes obligaciones de la corporación y el Estado, especialmente con China y Rusia. Estas reducciones continuarían en 2019. Con las cifras proyectadas para los barriles libre de deuda para el próximo año, y con un precio de la cesta venezolana que ronde los USD 62,6/bl, sólo en 2019 los ingresos petroleros caerían 71,4%.
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