Si bien se han observado avances en materia tecnológica para abandonar el efectivo como un método de pago cotidiano, su uso persiste debido a la facilidad que, por motivos de rapidez y conveniencia, otorga. En los casos de estudio expuestos, se observa cómo -en promedio- el dinero circulante (los billetes y monedas en manos de hogares, empresas y bancos) en términos per cápita, aproximadamente, es de USD 530,1 para junio de 2020 (exceptuando el caso de Venezuela).
Cada uno de ellos revela historias distintas; Colombia y Chile muestran un incremento (respecto a 2010) del circulante distribuido en la población; debido a que, aun cuando se están realizando avances en la diversificación de los métodos de pago, la confianza sobre su moneda (en particular, el efectivo) como medio de intercambio se mantiene al gozar de estabilidad en sus precios y al contar con una autoridad monetaria capaz (en términos operativos y fiscales) de satisfacer la demanda de efectivo.
En el caso de Suecia, se trata de un país que ha apostado con firmeza en la sustitución del efectivo por canales electrónicos y la inclusión de métodos que faciliten las transacciones con criptomonedas, de ahí que se observe una marcada contracción del dinero circulante per cápita entre 2010 y junio de 2020. Argentina también muestra una tendencia similar, aunque generada por la alta inflación observada en los últimos años que ha provocado que el efectivo pierda su valor transaccional.
Venezuela correspondería a un caso como el de Argentina, pero en mayores dimensiones debido al proceso hiperinflacionario presente. Tomando en cuenta la serie de tipo de cambio oficial publicada por el BCV, el valor del circulante per cápita habría pasado de USD 198,6 en 2010 a USD 0,85 a final del primer semestre de este año, una contracción de 99,6% en casi una década. Si tomamos un valor referencial del costo de la canasta básica al mismo mes (de acuerdo con Cendas), en promedio, un venezolano necesitaría 316 veces su dotación actual de efectivo para brindarle a su familia acceso a un grupo mínimo de bienes.
Esto no es un problema que se escape del Ejecutivo, el 12 de junio del 2019, el BCV anunció en un comunicado que colocaría tres nuevos billetes en circulación (de VES 10.000, 20.000 y 50.000) para “facilitar las transacciones”, desde entonces esos billetes han perdido 97,5% de su poder adquisitivo. Esto tiene mayor incidencia al tomarse en consideración que todavía existen mercados informales que se manejan sin métodos de pago electrónicos, desarrollándose exclusivamente en efectivo (donde destaca el pago para el uso del transporte público). Puede que en el futuro próximo o lejano anuncien nuevas ampliaciones del cono monetario, pero sin una reforma estructural que logre parar el proceso hiperinflacionario, estas limitaciones persistirán.
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