Al cierre de 2015 la cesta petrolera venezolana (CPV) se ubicó en US$29,1/bl, 41,3% menos que el mismo periodo de 2014. Esta cifra vuelve a despertar temores entre los inversionistas tenedores de deuda pública externa, empresarios y consumidores nacionales, para quienes la disponibilidad de divisas de la nación es un aspecto primordial. Además, una caída prolongada de los precios del crudo, no solo repercutirá directamente en el pago de la deuda externa del Gobierno y de Pdvsa, sino también significa un importante golpe para el actual esquema cambiario.

Durante los últimos años, Pdvsa ha constituido un pilar fundamental en la generación de ingresos del Gobierno por lo que tiene un papel importante dentro de la ejecución del gasto social. Esto, junto a bajos precios petroleros y una pérdida en la productividad, descalabra la capacidad de pago de la deuda.

Otro factor importante a destacar en esta disminución es que dado a que la percepción de riesgo ha aumentado, Pdvsa está tratando de evadir la emisión de deuda, ya que le resulta bastante costoso salir al mercado.

En Ecoanalítica consideramos que a la par de los cambios en el modelo económico actual del país es necesario que el Gobierno y la directiva de Pdvsa se planteen modificaciones en el modelo de negocios de la empresa que aseguren la sostenibilidad fiscal y externa de la economía como la adopción de un tipo de cambio cercano al de equilibrio, la eliminación del subsidio a la gasolina, la moderación del gasto público, y por parte de Pdvsa flexibilizar la relación de Pdvsa con sus principales socios comerciales, cambios en el régimen impositivo, incentivar las compras de insumos a proveedores locales con el fin de disminuir el componente importado.