El año 2015 será recordado como un período en el que la falta de información oficial constituyó el factor común de los indicadores económicos de Venezuela. Por ello, dentro de los indicadores desarrollados por nuestro equipo de investigación resalta el correspondiente a las liquidaciones de divisas. Nuestras estimaciones reflejan una caída de 61,4% en 2015 con respecto a 2014.

En el año 2012 el extinto Cadivi autorizó US$3.937 millones en operaciones de adquisición de divisas, y al año siguiente el indicador reflejó un aumento de 91,0%. Desde ese entonces, la caída en aprobaciones ha sido tremenda, 36,2% en 2014 y 71,5% hasta agosto de 2015. Cuando se compara esto con las caídas de la cotización de la cesta petrolera venezolana (CPV), es fácil entender que los altos precios era lo que permitía mantener un modelo de subsidio tan alto a las importaciones.

Por otro lado, los sectores no prioritarios fueron los que más sufrieron. Sectores como electrodomésticos, electrónico, servicios, comunicaciones-prensa, y tabaco y bebidas alcohólicas fueron los más discriminados, dado que en 2015 hasta el octavo mes del año no recibieron un solo dólar en operaciones de adquisición de divisas. Por otro lado, en Ecoanalítica estimamos que a cierre del 2015 la deuda del Estado con el sector privado asciende a US$30.959 millones, un incremento interanual de 32,1%.

Con el control de cambio, los incentivos para una economía importadora fueron excepcionales. Durante estos años hemos visto un Gobierno controlador que asigna divisas de acuerdo a sus condiciones y necesidades. En otras palabras, el control de cambio no solo permitió limitar el uso de divisas, sino que le dio facultades al Estado para decidir las prioridades del sector privado de acuerdo a los beneficios generados en el ámbito político.