A lo largo de la historia, Venezuela, como cualquier otro país, ha pasado por períodos de bonanza económica y períodos de crisis, lo que se conoce en teoría económica como ciclos económicos; cada uno tiene características diferentes, por lo que se han implementado medidas correctivas de diversa índole para solventar las distorsiones que los causaron. En 1989 el presidente Carlos Andrés Pérez decidió implementar el primer programa de estabilización y reforma económicas, el cual luego de un traumático ajuste inicial, se pasó a un período de estabilización (1990-1992) durante el cual la economía logró avances sólidos, una tasa promedio de crecimiento del PIB de 7,5%, una tasa de inflación promedio de 35,5%. No obstante, estos logros fueron producto de la subida de los precios del petróleo como consecuencia de las tensiones en el Golfo Pérsico por la invasión de Kuwait por parte de Irak. En 1996 el presidente Caldera anuncia la llamada “Agenda Económica”, Los resultados de la implementación del programa fueron satisfactorios en algunas áreas las importaciones se recortaron 15,6% y las exportaciones petroleras aumentaron cerca de 24,0%. Por el lado de la actividad económica, la tasa de caída para el sector no petrolero mejoró notablemente hasta 3,6%, mientras que el petrolero creció 5,0%, teniendo una caída total de PIB de 1,6%. En cuanto a los precios, la tasa de inflación paso de 8,1% en el mes de enero, a 3,0% en diciembre de 1996. Ante esta situación de incertidumbre en torno al año entrante, surge la pregunta: ¿qué necesita un programa de estabilización para que sea exitoso y pueda mejorar las condiciones económicas de un país? La evidencia sugiere que son necesarias ciertas condiciones específicamente cinco: Información y comunicación, transparencia, un esquema adecuado, liderazgo político y una política social de importancia. |